No nos damos cuenta, pero cada vez que nos aferramos a nuestra seguridad, estamos dejando pasar oportunidades. No estoy diciendo que la seguridad sea mala, pero si que reconozcamos que por querer estar seguros hemos perdido innumerables oportunidades. ¿Por qué? Porque no nos movimos. Porque nos dio miedo y quisimos protegernos. No tiene nada de malo, pero acepte su destino. Somos responsables de nuestras acciones y de nuestras inacciones. ¿Está seguro? PD: El próximo 1 de octubre iniciamos taller presencial. No se quede sin su cupo.
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