Nosotros idealizamos muchas cosas a diario. Un viaje, un servicio, un producto, un viaje, etc. El problema es que idealizamos los empleos más que nada. Soñamos con ese empleo ideal, que va a tener todo, solo si llegáramos. Hacemos todo por llegar allá y no hablamos mas que nada. Sin embargo, cuando lo conseguimos, muchas veces nos desilusionamos, porque la realidad dista mucho de lo que imaginamos. Y volvemos a emprender la búsqueda laboral, con un nuevo sueño. Solo hay una forma para prevenir esto. Necesitamos saber más de las empresas donde queremos trabajar. Saber que es lo que hacen, como es el ambiente laboral y que tipo de jefe tendría. Solo así podemos estar seguros de donde vamos entrar a trabajar. No lo hacemos porque la ignorancia es una dicha. Es mejor mantener la ilusión que darse cuento que el sueño no era como queríamos. Peligroso me parece, pero es su vida. Como reclutador, prefiero mil veces una persona que sabe a que se mete, que a un iluso que me deja el cargo botado al poco tiempo. Sencillo, salga a conocer.
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