El tiempo (el recursos mas importante y el único que no podemos recuperar) siempre se nos presenta como un reto. Como no es recuperable, el uso y gasto del mismo es preciado. Sin embargo, lo desperdiciamos a montones, lo que proviene de una pobre planeación y una falta de dirección en nuestras vidas. El problema no es el límite del tiempo, aunque todos nos quejemos de la falta de tiempo. El problema es el mal uso que le damos. ¿Cómo lo mal usamos? Sencillo:
Cuando gastamos tiempo en temas que no son nuestra prioridad, sino la prioridad de otros
Cuando no sabemos que hacer, o no hacemos anda, porque no tenemos metas planteadas
Cuando perdemos nuestra dirección o nuestro norte y nos distraemos en temas que no nos llenan.
Cuando dudamos y nos quedamos quietos en la indecisión.
Cuando “tratamos” de ser muy eficientes y ponemos una cosa tras de otra haciendo todo a medias.
Cuando pasamos mas tiempo interactuando con nuestro teléfono que con nuestros seres queridos.
Cuando nos quedamos mas tiempo del requerido en la oficina solo para impresionar al jefe.
Aprovechemos el tiempo que tenemos en esta tierra. No lo perdamos en temas que no nos interesan. Vivamos la vida según nuestras reglas e intereses. En pocas palabras, seamos felices y estemos orgullosos del uso que le damos a nuestro tiempo.
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