Hablemos de los mitos de la entrevista.
La persona que va a ser el futuro jefe siempre es quien toma la decisión. Hoy en día esto ya no sucede tanto porque cada jefe intenta guardar su reputación y no escoger teniendo en cuenta únicamente su decisión. Por esto es que vemos a personas de recursos humanos que también aportan con sus opiniones a si la persona debería o debería ingresar a la compañía; o también el jefe del jefe que entra dentro del proceso de selección. Por ello es importantísimo que en todas las entrevistas trate con respeto y amabilidad a quien lo está entrevistando.
Frecuentemente el entrevistador siente tanta ansiedad como nosotros. Aunque parezca extraño esto sucede mucho porque el seleccionador también tiene ciertas presiones. Seguramente al entrevistador (que en este caso puede ser su próximo jefe) nadie lo ha entrenado realmente realizar una entrevista. La persona puede saber lo que necesita pero no sabe como hacerlo, como hacer bien las preguntas o como descubrir si lo que le dice el candidato es verdad. Tenga en cuenta que el contratar a alguien que no es idóneo para un cargo puede acarrear muchas complicaciones, como por ejemplo afectar un equipo de trabajo o dejar en entredicho la calidad del trabajo de esa persona.
Entre mas preparado esté para una entrevista, mejor impresión dará. Esto es completamente cierto hasta un punto. No podemos debatir el hecho de que preparase para ciertas preguntas, saber que responder y haber tomado algún tipo de simulación ayuda mucho a la hora de enfrentarse cara a cara con una entrevista real. Sin embargo, esto no puede llevarse hasta el extremo. Una persona que se vea que ya sabe todo de memoria, que esta libreteada no es natural. O también puede suceder que el sobrepreparase haga que en el momento de la verdad nos bloqueemos.
Debe permitir al entrevistador tomar la inciativa y hacer las preguntas. Su papel es el de contestar esas preguntas al detalle. Sí cuando es un entrevistador estructurado y sabe lo que va a preguntar. Pero si llega un entrevistador que se sienta y le dice “bueno, tiene 10 mintuos, hábleme de lo que quiera”, esto tiene que cambiar. Ojo, nuestra labor no es solo contestar las preguntas, es saber responderlas para digirla hacia donde queremos llegar pero a su vez preguntando sobre las cosas que queremos conocer.
Durante la entrevista debe venderse continuamente. Aquí es donde mucha gente la embarra y sucede porque teniendo esta frase en mente, durante toda la entrevista no hacen mas que decir “míreme, míreme, míreme” y lo que termina haciendo es cansando. La persona que quiere mostrarse interesante es aquella que normalmente no es interesante y necesita mostrar lo contrario.
Las primeras impresiones pueden ser su éxito o su ruina. No hay una segunda oportunidad para dar una primera buena impresión. En la forma como está vestido, en su actitud, en la forma como habla, en sus primeras palabras se determina si el seleccionador le va a poner atención o no. Primero lo veo, después lo escucho y luego lo comprendo.
La entrevista le consigue el trabajo. Este es uno difícil porque todo el mundo diría que si, y en parte es cierto pero es que la entrevista NO viene sola porque vienen también las pruebas psicotécnicas, las pruebas de conocimientos, assestments y muchas otras cosas que pueden influir en la decisión. Si, la entrevista posiciona para verse como le mejor candidato pero no es el único factor.
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