Nunca olvidare la vez que pude correr 30 minutos sin parar. Estaba en un momento critico de mi vida, sin nada funcionando y lleno de “no’s”. Pesaba 100 kilos, mi moral y mi autoestima no podían estar peor. Esa primer éxito en la trotada me recordó que si podía hacer cosas, que si me dedicaba a algo lo lograba. En enero corrí mi primera maratón y gracias a Dios ese momento de mi vida es un recuerdo. Nuestros sueños (espero) siempre son grandes. Al ser tan grandes, las posibles victorias requieren mucho tiempo y dedicación. Aquí es donde entra a jugar la moral, ya que al no ver avances claros podemos perder actitud y tenacidad. Para poder mantener una moral alta, es necesario tener pequeñas victorias. Si voy a correr una maratón que tiene 42 kilómetros, me alegro con cada pequeña victoria (personalmente, mi primer 10K fue lo máximo). Estas pequeñas victorias le recuerdan que usted si es capaz y le dan un empuje a su autoestima. Dentro de sus planes, por muy grandes que sean, no se olvide de incluir pequeñas victorias que le alegren el día. Visita www.48dias.com.co
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