Veo a la gente muy afanada por lograr el éxito. Como si su vida fuera llevada por cronometro. “a los treinta ya debería…, a los cuarenta ya voy a estar… etc.” Del afán solo queda el cansancio. Y como pasa en todo, cuando hacemos algo a las carreras, no sabemos bien que estamos haciendo y algo sale mal. No se estrese. Trabaja en sus metas, pero una vida frustrada nunca se goza. La cosas nunca “deberían”, la vida ES y ya. ¿Y dónde está la meta? ¿Quién pone esa meta? ¿Cuándo se llega? ¿Lo importante es la meta o la carrera? Los dejo con esas reflexiones.
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