En el taller hacemos la diferencia entre valores y virtudes. El valor es una aspiración emocional e intelectual que tenemos. Es el “deber ser”. Por el otro lado, la virtud es el “ser”, es la aplicación continua del valor. Ahí es donde hacemos la pregunta grande: ¿Qué tan coherente es usted? El ejercicio es sencillo. Haga un listado de sus 10 valores principales. Analice y juzgue su frecuencia de aplicación de cada valor en una escala de 1 a 10. Si el valor tiene una aplicación menor a 6, es hora de trabajar en él. Esta es la oportunidad que tenemos de ser mejores personas. Si desarrollamos nuestros valores, desarrollamos nuestra esencia, nuestro ser. Vale la pena, dedíquele tiempo.
top of page
BLOG
bottom of page
Opmerkingen