Con el tiempo he notado que buscar trabajo es un proceso similar al de buscar pareja. Pongámoslo de este modo: cuando estamos solteros idealizamos la pareja que queremos, pensamos cómo nos gustaría que fuera de acuerdo con lo que hemos vivido; alt@, quizás con ojos y pelo de determinado color, bromista, cariños@, seri@, entre otros aspectos. Lo mismo sucede cuando volvemos a la búsqueda laboral, analizamos nuestra experiencia pasada, tomamos conciencia de nuestras actitudes y las de los otros para mejorar, y luego volvemos a tener entrevistas o “citas”. Una vez tomamos ese paso, es necesario salir al mundo e iniciamos nuestra búsqueda, no necesariamente de la forma tradicional o a la antigüita, debemos adaptamos a las nuevas tecnologías, entrar a las redes sociales y generar relaciones que nos ayuden a encontrar ese nuevo empleo donde desarrollarnos. Usualmente cuando conocemos a una persona que nos llama la atención, nos interesamos por saber todo de ella y darnos una idea de cómo sería ser su pareja. Del mismo modo, cada convocatoria es una nueva oportunidad, por ello, es importante analizarla (leerla cuidadosamente) para realmente entender que buscan las empresas de nosotros como candidatos y así estar seguros de que nuestro perfil se ajusta al solicitado, o incluso darnos cuenta de las necesidades del mercado para poder capacitarnos. Además, preguntar a la persona que nos cite sobre las funciones, responsabilidades y requisitos es fundamental para darnos una idea de cómo nosotros encajaríamos dentro del perfil, como también averiguar sobre el cargo y la empresa por medio de la página web o incluso a través de contactos que nos ayuden a tener más información que nos dé una ventaja a la hora de ser entrevistados.
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