El post de hoy se centra en un artículo que circula en la web sobre la historia de un emprendedor que decidió dejar su trabajo de consultor para empezar su propia empresa. Al principio cuenta su historia pero más que eso, al final hace una reflexión sobre esas 5 cosas que deberíamos preguntarnos si queremos emprender. El texto está en primera persona ya que es él mismo quien lo relata, así que sin más aquí les dejamos el extracto:
Hay cinco cosas que hubiera querido preguntarme a mí mismo antes de haber iniciado este penoso viaje; cinco preguntas que considero todo futuro empresario debe responder antes de dar el primer paso hacia su propuesta empresarial: 1. ¿Estás preparado para afrontar la presión social? Cuando uno tiene amigos y familiares que no son empresarios, estos no entienden realmente lo que uno está tratando de alcanzar, y la presión del resto de allegados será aún mayor. Me importaba demasiado lo que la otra gente opinara de mí: tanto, que arruinó mi vida. Era muy exigente conmigo mismo y me castigaba con largas horas de trabajo para poder anunciarle al mundo sobre mi éxito lo más pronto posible. Hasta que llegó el día en que me di cuenta de que a nadie le importaba un bledo lo que hacía. Entonces, ¿por qué debería importarme a mí? Te reduces a los pocos segundos de atención que otra gente le dedica a leer un estado que publicas en Facebook. En 2014, nadie tiene tiempo de preocuparse por los demás en un mundo tan atestado y bullicioso. Si te desvela lo que otros piensan de ti, desperdiciarás tu tiempo tratando de demostrar que eres exitoso en lugar de enfocarte en tu empresa emergente. Abre los ojos. Yo abrí los míos un poco tarde. 2. ¿Eres soltero/a o tienes una pareja que te apoya incondicionalmente? A medida que crecemos, compartimos más tiempo con nuestra pareja que con nuestros amigos o familiares. Aunque tuve la suerte de tener una novia increíble, era triste ver cómo muchos de mis amigos emprendedores se separaban de sus novias a lo largo del camino. Tener tu propio negocio es duro: mucho más difícil de lo que pude haber imaginado. Andas hecho mi*rda con un millón de cosas en la cabeza que nadie, ni tu novia, podrá llegar a entender jamás. Si no eres soltero/a, asegúrate de que tu pareja entienda que es normal que a veces no se tenga la mentalidad ni para un simple beso. Sí, para un beso con lengua como debe ser. 3. ¿Tienes suficiente dinero en efectivo que te dure por lo menos un año? ¡Bien! Ahora multiplica esa cantidad por lo menos por tres porque vas a agotar tus ahorros más rápido de lo que crees. Habrá muchos gastos imprevistos: abogados, contables, iPhones o computadores rotos, etc. Prepárate para un departamento más chico, porciones más pequeñas de comida y a contar los centavos (que jamás en tu vida habías valorado). En los meses justo antes de que se te acabe el dinero, las cosas se tornarán especialmente difíciles y la presión aumentará tan drásticamente que no podrás conciliar el sueño. El éxito llegará a pasos lentos, y el dinero se esfumará con rapidez. Debes ser inteligente; empieza a planear desde el primer día. 4. ¿Estás listo para dormir solo unas cuantas horas al día? Una vez librado del mundo de la consultoría empresarial, pensé que iba a cumplir mi sueño de poder trabajar cuando yo quisiera; eso fue hasta que leí una cita de Lori Greiner: «Los empresarios están dispuestos a trabajar 80 horas a la semana para evitartrabajar 40». Gracias por la foto, Ian, el fotógrafo increíble.http://ianmurchison.com Todo comenzó cuando empecé a despertarme varias veces a la medianoche. Al principio era porque estaba muy emocionado por mis ideas y porque tenía muchísimas. No podía esperar a que se hiciera de día para empezar a trabajar. Luego llegó la etapa de la exageración. Trabajaba demasiado porque nunca me bastaba lo que hacía para desarrollar mi idea, y quería hacer más. Sin embargo, cuanto más trabajaba y más tarde me iba a la cama, más difícil se me hacía quedarme dormido y peor era la calidad de mi sueño. A consecuencia de esto, por lo menos dos o tres días de la semana eran improductivos. No te dejes engañar por la increíble foto de Instagram de arriba. No creas el bombo publicitario de que quienes empiezan sus propias empresas se hacen millonarios. Entre bastidores hay días muy dolorosos, noches sin dormir y rechazo y fracaso constantes. El camino hacia el éxito es largo. Muy largo. A veces, demasiado largo. 5. ¿Cuál es tu definición de éxito? Cada uno de nosotros tiene prioridades diferentes en la vida. Para mucha gente el dinero es la número uno de la lista, mientras que el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es imprescindible para muchos otros. Por tanto, la definición de éxito es distinta para todo el mundo. La complejidad de tu recorrido se verá afectada dependiendo de cuál sea la definición que tú le des. Si lo que buscas es el dinero y el reconocimiento del público, es muy probable que afrontes momentos difíciles en tu trayecto. Recuerda las sabias palabras de Hemingway: «Es bueno tener un destino al cual viajar; pero es el viaje lo que cuenta al fin y al cabo». Los empresarios exitosos no son necesariamente aquellos que recaudan millones en las rondas de inversión. Recuerda, son uno en un millón. Hay, sin embargo, miles de soñadores en el mundo que logran dar arranque a sus empresas emergentes o que viven muy cómodamente trabajando para sí mismos y nunca llegan a los titulares de las noticias de la tecnología. No importa qué tan j*dido te deje tu nueva empresa o cuán difícil sea, disfruta el viaje y sigue tu pasión. Tony Guskin lo explica perfectamente: «Si no construyes tu sueño, alguien te contratará para que le ayudes a construir el suyo».
El artículo completo se encuentra en https://medium.com/espanol/como-el-haber-renuciado-a-mi-empleo-corporativo-para-crear-mi-propia-empresa-me-jodio-la-vida-f359845e213a
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